+ Guay, porque ya es mía.
- Ni de coña, no puedo permitirme perder más camisas, las tías siempre me las quitan.
+ No te las quitan, se las llevan prestadas con la intención de devolvértelas, pero como tú nunca vuelves a llamar...
- O sea, que si tuviera menos rollos de una noche tendría más camisas.
+ Eso creo.
- Pues no hay más que hablar. Voy a cambiar de vida y no voy a perder más camisas.
+ ¿Seguro?
- Sí, de hecho voy a quitarte esta ahora mismo.
+ Es tuya así que...